Hay ocasiones en que las imagenes y las palabras se conjugan para dar forma a las ideas. Ese es justo el origen de esta poesía visual. De la imagen al sentimiento y de la palabra a la imagen en una espiral de sensaciones reordenadas.
Tránsito ardiente entre nubes
Alberto de Prado Escanciano
Nubes desgastadas con el flujo incesante
de miradas perdidas en horas eternas,
de suspiros mecidos por el viento,
de sombras que pasan sin premura, a tu lado adormecidas,
hasta que el tiempo estalla
y la noche regresa para ocupar su lugar.
La sonrisa macilenta que irradia el rostro de muerte
son gusanos alimentados por la infancia enterrada,
recuerdos de una nada jamás existida,
ausencias de todo lo que no fue reclamado
y ya nunca llegará.
Acudes siempre solícita cuando nadie te espera.
Ni siquiera tu fidelidad es consuelo.
Aborrezco las caricias de tus manos entumecidas
y los abrazos miserables que me brindas.
¿Quién desea probar el sabor de tu lengua y el filo de su corte?
¿Quién queda ahora para escuchar tus verdades,
si el aire vuelve frío y del silencio apenas queda la mortaja?
Serás aire que arde en mis pulmones,
verdugo de promesas prohibidas,
esquirlas en sueños inabarcables y temores ígneos.
No pidas además que te ame.
Serás, pues, desvelos en mi memoria,
tú, centinela de futuros inciertos,
la herrumbre de este arroyo sanguíneo,
que, en la palidez oscura, este abandono transitas.
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Muy tétrico, y amargo
Sí, habla de los miedos interiores que nos impiden avanzar y tener una vida más plena.
Espero que a pesar de la oscuridad del poema lo hayas disfrutado.