LA COSA (THE THING, 1982), DE JOHN CARPENTER

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En 1982 se estrenó The Thing. Esta es una nueva versión/readaptación (no confundir con remake) dirigida por el director norteameriano John Carpenter, del clásico de ciencia ficción de Howard Hawks y Christian Nyby de 1951 The thing from Another World, bautizada en español como El enigma de otro mundo. ¿Sería cierta esta afirmación? Pues depende.

Algunos consideran que se trataría más de una nueva adaptación cinematográfica del relato en que ambas películas se basan, y que no es otro que la novela corta de ciencia ficción Who goes there?, escrita por John W. Campbell bajo el seudónimo de Don A. Stuart y publicada en agosto de 1938. De lo que no se trata en absoluto es de un remake de El enigma de otro mundo.

Sinopsis

Aislados del resto del mundo, en una estación de investigación remota de la Antártida, un grupo de científicos norteamericanos se topan con una criatura de otro mundo que posee la capacidad de asimilar la forma de otros seres vivos y que puede poner en riesgo a toda la humanidad.

Crítica de La cosa (The Thing)

El director: John Carpenter

John Carpenter es un “autor” en el sentido cahierista del término. Quim Casas en su monografía “John Carpenter. Horror en B mayor” define al director en estos términos “Carpenter es un superviviente a destiempo de una forma de entender y practicar el cine, la del Hollywood del sistema de estudios”.

Si bien es un director capaz de abrazar otros géneros como el western, el thriller o incluso la comedia, es en el fantástico, y en el terror más concretamente donde más ha destacado, ya que ha sido capaz de imprimir un estilo propio y personal, una marca de agua, una iconografía personalísima y privativa, a imagen y semejanza de algunos de sus ídolos como Howard Hawks, John Ford o Alfred Hitchcock.

Es un director más respetado fuera de sus fronteras que dentro de ellas (en una entrevista el propio Carpenter manifestó: “En Francia soy un autor; en Alemania, un director de cine; en Gran Bretaña un director de cine de género y en Estados Unidos una puta mierda”). Pero sin embargo es considerado por todos como un outsider, un rebelde, un director independiente con una cinematografía siempre expresándose cerca de los márgenes, afín a la serie B y a la cultura alternativa y lejos del mainstream.

Aunque en ocasiones también ha trabajado para “majors” (como p.ej en La cosa), siempre ha manteniendo esa esencia de cinta de bajo presupuesto que le ha granjeado las simpatías y el calor de los seguidores de culturas alternativas, que no suelen identificarse con la gran masa cinéfila.

Dentro de su extensa filmografía (18 largometrajes y 5 películas para la Tv), la producción y estreno de La cosa será un punto de inflexión, y por qué no decirlo un punto y aparte en la carrera en su este gran director (más adelante explicaremos las razones).

Gestación de la obra.

Aprovechando el éxito de Alien, el octavo Pasajero (Ridley Scott 1979) producido por la 20th. Century Fox, los directivos de la universal se decidieron a apostar por un filme con alienígenas capaz de reventar taquillas. Tras ofrecer el proyecto a William Friedkin y Tobe Hooper y estos declinarlo tras leer el borrador argumental, fue el propio Carpenter el que, presentándose en las oficinas de la Universal, retó a sus directivos a que “si nadie era capaz de levantar el proyecto, donde estaba el problema en dejare a él las riendas del mismo”.

Carpenter supo vender muy bien el hecho de que El enigma del otro mundo (1951) era uno de sus filmes favoritos, y de que era un fan absoluto de la filmografía de Howard Hawks (la intervención de Howard Hawks en la dirección de esa joya de principios de los 50’s daría para otra reseña).

Con un presupuesto de 14 millones de dólares y con cincuenta y siete días como fecha máxima para finalizar el rodaje se empezó lo que sería una de las mejores películas de ciencia ficción de todos los tiempos.

El protagonista

En cuanto al reparto, se barajaron varios nombres para el papel de protagonista, entre ellos Nick Nolte, Sam Shepard o Jeff Bridges, pero Carpenter tenía debilidad por Kurt Russel, que ya había protagonizado 1997: Rescate en Nueva York (1981)(que como curiosidad aparecería en 5 de los 18 largometrajes del director), y eso hizo decantar la balanza hacia el de Massachusets.

Russell interpretó a MacReady otro antihéroe arquetípico de las películas de Carpenter, un auténtico cowboy de la tundra (incluso utilizando en la película el sombrero de cowboy al uso), un superviviente, individualista, bebedor, parco en palabras pero rápido en la toma de decisiones, atacando el Mal por necesidad, no por vocación. El ansia por vivir lo convierte en un ser resolutivo, decidido y desconfiado, prudente y escéptico, como un animal que lucha por su vida.

El resto no dejan de ser un grupo de antihéroes que no buscan la gloria, la fama o el reconocimiento, ni tan siquiera servir a su patria o a causa alguna, sino simplemente salvar sus vidas, en eso consiste su misión.

Kurt Russell y John Carpenter, imagen promocional de The Thing

Los colaboradores.

Un extraordinario guión de Bill Lancaster, hijo de Burt Lancaster, que lo aleja de El enigma de otro mundo y por ende de ser un remake, y lo acerca más a la novela de John W. Campbell. Una excelente fotografía de Dean Cundey (con quien Carpenter ya había trabajado en sus tres trabajos anteriores Halloween, La niebla y 1997: Rescate en Nueva York) creador de una sensación constante de atrapamiento, aislamiento y deprimente desolación (la escena de apertura con un helicóptero persiguiendo y disparando contra un perro solitario en medio de la Antártida es mítica y elaborada con una maestría encomiable).

Una pulsante electro-tensión de la música del compositor italiano Ennio Morricone que camaleónicamente se convierte en puro sonido Carpenter (no hay que olvidar que el propio Carpenter es el compositor de la mayoría de las bandas sonoras de sus películas y según se cuenta Carpenter llegó a decirle a Morricone que no hiciera tantas notas y que lo hiciera más simple y espeluznante).

Y los efectos mecánicos y protésicos bañados en sangre y carnaza,  toscos pero que aun a fecha de hoy provocadores de absoluto asombro, diseñados por Rob Bottin, que con poco más de 20 años ya había tenido éxito con sus efectos de transformación de hombre lobo en The Howling (1981) de Joe Dante , fueron una mezcla perfecta para un resultado mayúsculo.

La película.

Nos encontramos un momento importante en la carrera del director como es el paso del cine independiente al de gran presupuesto, y sin embargo Carpenter no renuncia a ser él mismo, a su identidad, a su filosofía, y a su forma de hacer cine y de expresarlo.

Carpenter impone su estilo y no olvida las premisas que han marcado su obra: acotación del marco espacial que se limita a un solo decorado (el de la base estadounidense en la Antártida); desarrollo de la acción en un breve período de tiempo (en uno o dos días); aparición de la figura del antihéroe, aquel que ha de tomar las riendas del grupo para evitar ser aniquilados por la bestia alienígena; el enfrentamiento entre el bien y el mal; y la creación de atmósferas de tensión creciente que ha de desembocar en el terror más absoluto.

El film tiene un sentido del realismo y un enfoque terriblemente pesimista de lo desconocido, que rompe todos los convencionalismos del género de terror de la época, rozando en ocasiones el nihilismo más amargo en el que la paranoia es la reina.

El film funciona a un nivel visceral, no solo por la sangre y el gore, sino porque se siente como algo intenso y emocional debido en parte al inmenso talento del director para el suspense, perfeccionado en Halloween (1978) (película donde se crea una atmósfera tensa y pesada sin que aparezca una sola gota de sangre en pantalla).

La ambientación

La cosa se desarrolla en un entorno exclusivamente masculino (ni una sola mujer aparece en la cinta lo cual en gran medida es lo que la hace diferente a la cinta de Howard Hawks y Christian Nyby) y es, un estudio del comportamiento colectivo de un grupo de hombres expuestos a una situación límite. Refleja como la tensión, el miedo irrefrenable y la paranoia rompen la cohesión del grupo, despertando una irracionalidad que llevan al colectivo y al individuo a cometer actos absolutamente atroces e inhumanos (circunstancia esta que también la aleja de la propuesta del film del 1951), así como una actualización de un escenario de asedio, como ya había sido Asalto a la comisaria del distrito 13 (1976), segunda de las películas en la filmografía de Carpenter.

El gran dominio del ritmo de Carpenter, la creación del suspense, combinado con las magníficas imágenes de esta historia antártica crean una experiencia visual inolvidable y convierten al film en una suerte de riquezas que resisten el paso del tiempo como pocas historias lo hacen.

La crítica.

La prensa especializada fue brutal e injustamente despiada con la película acusándola de ser una pieza de pornografía de la violencia, en relación al grafismo de los efectos especiales. El film tuvo una fría acogida por parte de los espectadores y acabo siendo un fracaso, afectando a la carrera de Carpenter.

El fracaso fue espoleado por la propia planificación de difusión de la Universal, que tuvo más interés en promover la película ET el extraterrestre y su cálida visión de la amistad interplanetaria, en contraste, según los críticos, con la demente y enajenada suma de efectos especiales y gore surgidos de una mente enferma y más cercana al género pornográfico que al terror, al menos a la forma ingenua en que era entendido hasta esa fecha por una crítica no preparada para la apertura de nuevas propuestas.

Sobre su fracaso el propio Carpenter manifestó : “ Me tomo siempre a la tremenda cualquier fracaso. Pero el que me afectó más fue el de ‘La cosa’. Mi carrera habría sido muy diferente si la película hubiera sido un gran éxito…pero fue odiada. Incluso por los fans de la ciencia-ficción. Pensaron que había traicionado alguna clase de confianza y los envites fueron demenciales. Hasta el director de la cinta original, Christian Nyby, se aprestó a humillarme”.

Obra de culto

Sin embargo, toda esta serie de infortunios y/o deliberadas maquinaciones tanto de la productora como de la crítica, puso la primera piedra para que el público interesado en la serie B, y las generaciones posteriores admirasen la obra de Carpenter con ojos alejados del mainstream y la convirtiesen en una pieza de culto.

El propio Tarantino afirma “Cuando comencé a escribir Reservoir Dogs pensé, necesito tener ese aspecto que está en La cosa. Necesito atrapar a estos bastardos en este almacén y que nadie pueda confiar en nadie nunca más. Quiero que la paranoia rebote del almacén y, con suerte, como sucedió en La cosa, impregne a la audiencia”.

Opinión Personal

La atmósfera viciada, tensa y escalofriante, el ritmo perfecto de suspense, la música que transmite una fatalidad inminente, unos personajes creíbles y unos efectos especiales absolutamente artesanales, realistas y sobresalientes dieron como resultado la que quizás es la mejor película de terror/ciencia ficción de todos los tiempos.

Siéntense y disfruten…

Valoración

Puntuación: 9 de 10.

Ficha técnica

Título original: The thing

Título en España: La cosa

Año: 1982

Duración: 105 min.

País: EEUU

Dirección: John Carpenter

Producción: Universal Pictures

Guion:  Burt Lancaster. Novela: John W. Campbell

Música: Ennio Morricone

Fotografía: Dean Cundey

Efectos especiales: Rob Bottin

Montador: Todd C. Ramsay

Reparto:  Kurt Russell (R.J. MacReady), Wilford Brimley (Dr. Blair), Keith David (Childs) , David Ciennon (Palmer), Donald Moffat (Garry), Richard Dysart (Dr. Copper), T.K.Carter (Nauls), Charles Hallahan (Norris), Richard Masur (Clark), Peter Maloney (Bennings), Nate Irwin (piloto), William Zeman (Copiloto), Norbert Weisser ( Noruego), Thomas G. Waites (Windows), Larry J. Franco (Pasajero Noruego), Joel Polis (Fuchs).

Género: terror/Ciencia Ficción


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Josep Bel
REDACTOR | + posts

Esta entrada tiene 2 comentarios

  1. FRANKY

    He debido de ver La cosa al menos 100 veces, puede que más, como el resto de películas de Carpenter, no me canso de ninguna.. hasta me gusta la del hombre invisible, lo confieso. Cada vez que termino de ver uno de los dos rescates me fumo un cigarrillo con Pliskin. No amar a Carpenter es incomprensible.

    (5/5)
  2. Jbelbel

    Hablar de mi crítica queda muy pedante pero , de manera similar al compañero Franky , he perdido la cuenta de las veces que he visto cada una de las películas de Carpenter. Lo único que os puedo decir es que cuando estoy en casa y no se qué hacer cae una de Carpenter, me es igual cual. Por algo será...

    (5/5)

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