El director Claudio Guerín Hill se dejó literalmente la vida para rodar La campana del infierno. Esta joya casi olvidada del cine de terror español escondía una crítica política y social en plena dictadura franquista.
Sinopsis
Tras varios años recluido en un psiquiátrico, Juan regresa a un pueblo de la costa gallega. Allí se reencuentra con su tía Marta y sus tres primas. Las bromas pesadas de Juan a sus primas generarán una inquietud acrecentada por el recuerdo de unas tensas relaciones familiares.

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Crítica de la Campana del Infierno
Era el último día de rodaje en el pueblo gallego de Noya. Guerín se subió al campanario de la iglesia para grabar una de las últimas escenas. Lamentablemente cayó desde allí perdiendo la vida poco después. Este desgraciado accidente nos privó de disfrutar de la obra personal de un joven realizador que venía demostrando una capacidad más que notable gracias a su preparación técnica y una solida formación cultural.
La etiqueta de “maldita” que arrastra la película por este suceso, junto al título que fue modificado buscando un efecto sensacionalista (el original era “La campana”), ha generado una confusión que ha ido en detrimento de la valoración de un film muy superior en todos los aspecto a otros de su época y género.


Estamos ante una película de suspense y terror psicológico, alejada del fantaterror que se estaba grabando en aquella época en España. Guerín realizó un trabajo meticuloso y perfeccionista, explorando, arriesgando incluso, con la utilización de diferentes recursos técnicos que son ejecutados con precisión.
Las escenas iniciales puede que resulten algo confusas, pero según vamos conociendo más del pasado de los personajes, nos vamos introduciendo paulatinamente en la historia. El guion (Santiago Moncada) es equilibrado y consistente, forjando una trama bien estructurada mediante el empleo de diálogos contenidos que nos llevan a un final sorpresivo, sin necesidad de giros ni trampas artificiosas.
Con escasos elementos, utilizados de forma soberbia, consigue una ambientación de expectante misterio (fijaos como aparecen las tres hermanas entre la niebla) que nada entre lo mágico y lo onírico.
La corrupta y tradicional sociedad rural que se nos describe Guerín, representada por el personaje de la tía (interpretado por Viveca Lidfords), se contrapone con el espíritu juvenil y rebelde del protagonista (Renaud Verley) y sirve para trasladar un mensaje de confrontación ideológica. No se trata sólo de un recurso narrativo, sino que hay un evidente mensaje político.

Opinión personal
Llegué a esta película sin conocer su oscura leyenda. Ni siquiera tenía claro su argumento por lo que carecía de expectativas o prejuicios sobre ella. Tal vez eso ayudó a disfrutarla aun más. Sus imagenes se anclaron en mi memoria y dejando una huella inesperada. Para mi esta es una joya casi olvidada del cine español, que ha sido injustamente tratada. Más que recomendable para los amantes del terror y de los thrillers psicológicos.
Valoración
Ficha técnica
Título original: La campana del infierno – La cloche de l’enfer
Año de producción: 1973
País: España
Director: Claudio Guerín Hill (Finalizada por Juan Antonio Bardem)
Guion: Santiago Moncada
Interpretes: Renaud Verley, Viveca Lindfors, Alfredo Mayo, Maribel Martín, Nuria Gimeno, Christina von Blanc, Saturno Cerra, Nicole Vesperini, Erasmo Pascual
Fotografía: Manuel Rojas
Música: Adolfo Waitzman
Productora: Coproducción España-Francia; Hesperia Films
Duración: 106 min.
Género: terror/thriller
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