Jack Parsons
El pequeño Jack, como muchos otros niños soñaba con alcanzar las estrellas. Pero Jack no era un niño normal y estaba dispuesto a vender su alma al diablo para conseguirlo.
Esto que bien podría parecer el argumento de cualquier película de serie b, es sólo el comienzo de una historia tan extraña y alucinante como real: la vida de Jack Parsons, uno de los pioneros de la ingeniería espacial. Pero empecemos desde el principio…
Biografía de Jack Parsons
Jack (cuyo nombre de nacimiento era Marvel Whiteside Parsons), nació el dos de octubre de 1914 en los Ángeles, en el seno de una familia bastante acomodada. Tuvo una infancia bastante solitaria y con pocos amigos, refugiándose pronto en la lectura. Le gustaban especialmente las leyendas y la mitología. A través de la obra de Julio Verne, comenzó a interesarse por la ciencia-ficción. Hay que tener en cuenta que estamos a principios del siglo XX y la obra de Verne era todavía tan atractiva como novedosa. Otra parte de su lectura eran las revistas Pulp, como Amazing Stories, que contenían relatos de ciencia-ficción, fantasía e incluso terror. Posiblemente estas lecturas fueron las que despertaron el interés de Parsons por la cohetería.

Durante su etapa en la escuela secundaria, traba una amistad que duraría muchos años con Edward Forman, con quien compartía el interés por las historias de ciencia ficción y por la pólvora. Juntos formarían un pequeño club para construir, en el patio trasero de sus casas, diferentes inventos y pruebas con cohetes hechos de pólvora y otros combustibles. Con espíritu científico, Parsons anotaba pacientemente los resultados de la pruebas y de los progresos que iban obteniendo.
Por estas fechas en que Jack contaba entre los doce y los catorce años de edad, comenzó a despertarse en él un fuerte interés por el ocultismo. Parsons se informó a través de libros, en aquel momento difíciles de conseguir para él, y llegó a escribir un conjuro con el que realizó un ritual de invocación al demonio en su propio dormitorio. Tanto llegó a sugestionarse con el asunto que tuvo miedo de que el ritual hubiera podido funcionar y cesó durante un tiempo en sus actividades ocultistas (vamos, que se acojonó). Pero nunca abandonaría una de las pasiones que marcaron su vida.
La etapa de bachiller de Jack Parsons coincidió con el crack del 29 que afectó a la economía familiar. La muerte de su padre agravó aún más la situación y Jack se ve obligado a lidiar con las dificultades financieras familiares, entrando a trabajar los fines de semana en la compañía Hercules Powder Company, dedicada a la creación de explosivos químicos. Este trabajo canalizará su interés por la química. Jack quiere aplicar los conocimientos que estaba adquiriendo en el campo químico, a su otra gran pasión: la cohetería. En sus experimentos con su amigo Forman, Parsons descubre que se conseguían mejores resultados utilizando combustible líquido en lugar de pólvora granulada. Animado por los éxitos que iban obteniendo, Jack comienza a cartearse con los mejores científicos del momento, entre ellos el famoso ingeniero nazi Wernher von Braun, diseñador del cohete V2 alemán y tras la operación Paperclip, ya como director de cohetería de la NASA, responsable del Saturn V que llevó al hombre a la Luna.

Una vez terminada la secundaria, Parsons nunca llego a terminar una carrera universitaria debido a sus problemas financieros. Sin embargo, junto a su amigo de la infancia asistió a una conferencia del ingeniero en cohetes Eugen Sänger en la CalTech (universidad privada de investigaciones tecnológicas de California). Allí entraron en contacto con Frank Malina, matemático y académico que compartía con ellos el interés por llegar al espacio y les ayudó a obtener fondos para sus investigaciones. Los tres formaron el llamado «Escuadrón Suicida» (Suicide Squad) por la naturaleza peligrosa de su trabajo. Todos compartían ideales y en sus sesiones de trabajo aún había tiempo (entre cervezas y porros de marihuana, según los diarios de Parsons) para charlas de corte anticapitalista y ensoñaciones sobre utopías con las que elaborar un guion para Hollywood.
A finales de los años 30, la cohetería se consideraba casi ciencia ficción. Con todo, este grupo de jóvenes soñadores e idealistas, logró sorprendentes avances desarrollando el combustible sólido para cohetes que sería clave en la carrera espacial. Su trabajo se vio recompensando con la creación del Grupo GALCIT que en 1939 obtuvo fondos de la Academia Nacional de Ciencias (NAS) para trabajar en el despegue asistido por jet (JATO) para el ejército de los EE.UU. Tras entrar Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial, se fundó el Aerojet en 1942 para desarrollar y vender tecnología JATO. En 1943 el Grupo GALCIT se convirtió en JPL (Jet Propulsion Laboratory) centrado en el desarrollo y la construcción de motores de cohete para la NASA.
La vida de Jack Parsons parecía encauzada, mientras se fraguaba su éxito profesional, en lo personal se casaría en 1935 con Helen Northrup. Pero Parsons no había olvidado su pasión por lo oculto y en 1939 descubrió el trabajo de Aleister Crowley y su organización: OTO (Ordo Templi Orientis), una orden mágica y para-masónica en la que Crowley aplicaba sus ideas religiosas y filosóficas del Thelema.

Obsesionado con el tema y atraído por su mensaje individualista resumido en el lema “haz tu voluntad”, Parsons se une en 1941 a la Logia de Agape, la rama en California de la OTO, junto a su esposa Helen y su hermana Sara. Pronto se convertiría en su líder a disposición del propio Crowley, reemplazando a Wilfred Talbot Smith. Parsons comenzó a ser conocido en aquel círculo hermético como Frater 210 o Frater T.O.P.A.N, iniciales de Thelemum Obtentum Procedero Amoris Nuptiae, una expresión latina que significaba: “el logro de Thelema mediante las nupcias del amor”. En realidad una especie de homenaje al dios Pan a quien Jack recitaba una oración antes de cada lanzamiento de un cohete.
El seguimiento de las directrices de Crowley y las enseñanzas del Thelema en un ambiente de alta permisividad sexual y de experimentación con drogas, comenzaron a afectar a la vida personal de Jack. Tras un viaje de vacaciones que su mujer Helen hizo sola, encontró a la vuelta a su hermana Sara de diecisiete años vestida con su ropa y diciendo ser la nueva mujer de Jack con el que estaba manteniendo una tórrida relación. Jack Parsons mismo admitió que encontrar más atractiva sexualmente a Sara que a Helen. Helen comenzaría entonces una relación sentimental con Smith que duraría el resto de su vida. Sin embargo, las dos parejas seguirían conservando la amistad.
En junio de 1942 junto con otras parejas de la logia y sus hijos, alquilaron una vieja mansión en Orange Grove Avenue, uno de los lugares más exclusivos de Pasadena donde vivieron en comuna. Parsons comenzó a alquilar habitaciones a personajes extraños (cantantes de ópera, astrólogos, escritores de ciencia ficción, prostitutas…). La habitación de Jack (que llamaban The Parsonage), era también la más grande y central de la casa y hacía las veces de templo. Albergaba una copia de la Estela de la Revelación (una tablilla egipcia que inspiró a Crowley en un viaje al Cairo), una enorme biblioteca repleta de libros de temática ocultista y la numerosa correspondencia intercambiada entre Jack y Crowley cuyo retrato firmado presidía la estancia. Durante las noches, Jack y sus extravagantes compañeros de casa volvían locos a sus vecinos organizando rituales donde sacrificaban animales, realizaban orgias o encendían grandes hogueras en el patio trasero y bailaban casi desnudos mientras adoraban a entidades y dioses.
Hubo algunas denuncias a la policía que llegó a investigar lo que sucedía en la mansión, sin embargo la relación de Parsons con el Gobierno y la presencia en los rituales de miembros influyentes de la sociedad, como el presidente del Banco de Pasadena, médicos, abogados o actores de Hollywood, hizo que la policía pasase de puntillas por el tema, considerando a nivel oficial que el culto era poco más que “una organización dedicada a la especulación religiosa y filosófica”.
Los últimos años de Parsons fueron complicados: comenzó a llegar al trabajo con ojeras y resaca, oliendo a alcohol y contando historias fantásticas de sus fiestas nocturnas. Debido a la naturaleza sensible de su trabajo, despertó la atención del FBI que tenía una buena lista de razones para investigarlo: era consumidor habitual de drogas (cocaína, anfetaminas, mescalina, peyote y opiáceos), distribuía panfletos anarquistas en organismos del Estado, robaba material en el trabajo para el laboratorio que había instalado en su mansión (aquí hay que recordar que trabajaba con explosivos), recitaba himnos místicos y conjuros durante las pruebas de cohetería y donaba la mayor parte de su salario a la OTO y a Crowley, de quien se había sospechado (erróneamente) haber sido un espía para los nazis. Jack fue acusado de ser un agente de inteligencia del recién creado Estado de Israel. Como consecuencia, Parsons acabaría siendo expulsado del JPL junto con su amigo Forman (que lo había acompañado siempre en sus correrías). Se sospecha que Hubbard podría haber contactado con Parsons como miembro encubierto del FBI o una agencia de inteligencia aunque este aspecto es siempre rechazado por sus seguidores.
En 1945 Jack decide desarrollar una operación mágica conocida como Los Trabajos de Babalon, en los que pretendía traer al plano físico a la diosa Babalon, el arquetipo femenino thelémico, una hechizante mujer pelirroja que eventualmente daría a luz al Anticristo. Aparece ahora el personaje de L. Ron Hubbard, el mismo que unos años más tarde acabaría fundando nada menos que la Iglesia de la Cienciología. Al llegar a la comuna, Hubbard era un escritor de ciencia ficción y retirado capitán de la Armada Norteamericana que llega contando historias sobre su participación en la II Guerra Mundial y de ciencia-ficción, magia o ciencia. Hubbard sabía ganar la atención de quien le escuchaba, más aún la de alguien con tanta necesidad de creer como Jack.
Pronto se harían buenos amigos y juntos llevarían a cabo el ritual mágico del Trabajo de Babalon que duraría once días. Tras una serie de rituales de transición, para alterar el estado de consciencia, hacían rituales de magia enoquiana. Dado que Babalon era una entidad sensual el ritual requería (según la descripción de los diarios de Parsons) una “invocación” con una “varita”, en otras palabras: Jack Parsons se masturbaba repetidamente sobre un pergamino mientras Hubbard cantaba invocaciones y tomaba notas sobre lo que veía en el “plano astral”.
Para Jack la operación fue en su éxito al aparecer en su vida Marjorie Cameron, una actriz pelirroja de la que se enamoró al instante. Marjorie encarnaba a su Mujer Escarlata o Babalón y conviviría hasta el día de su muerte. Mientras tanto Hubbard no se había contentado con ver las invocaciones Parsons con su varita. Jack y Sara siempre habían tenido una relación abierta, por lo que no fue sorprendente que Hubbard se acostara con Sara, Pero esta realmente se enamoró del escritor. Los dos eran inseparables. Aunque Cameron no estaba particularmente interesada en el paganismo, era una mujer aventurera a la que le gustaba la idea del amor libre. Además, Parsons estaba caliente. Así que felizmente se mudó y comenzó a participar en los rituales sexuales de Hubbard y Parson.
Todo este asunto provocó el disgusto de Crowley que harto de sus payasadas les escribió una carta en la que las llamó “cabras” y se desentendió de ellos. Finalmente, Cameron quedó embarazada, pero en lugar de engendrar a Satanás, decidió abortar.

El final de toda esta historia se precipitó cuando Hubbard decidió escapar en un yate junto a Sara y unos 10.000 dólares de Parsons. Parsons denunció el robo, pero después de un tiempo sin saber nada de la parejita, Jack monta en cólera y el 5 de Julio de 1946 realiza una invocación a Bartzabel, un demonio de la guerra asociado con Marte según el Thelema. La maldición sobre los amantes parece funcionar y un tifón aparece en la costa de Florida obligando a Hubbard y Sara a volver a puerto, aunque Jack sólo logró recuperar un tercio del dinero. Sara se quedó con Hubbard y terminaría casándose con él pese a que ya estaba casado con Margaret Grubb.
Parsons decidió viajar con Cameron a México, donde trabajaría creando una fábrica de explosivos para el gobierno nacional, pero mientras preparaba la mudanza, murió en una explosión. El reporte oficial dice que se debió a un accidente con fulminato de mercurio que guardaba en su casa, apoyándose en la vida peligrosa, o errática, de Parsons. Pero lo cierto es que en todos sus años de trabajo e investigación siempre cumplió con todos los requisitos de seguridad y nunca tuvo un accidente. También hay quien apunta a otras posibles causas para su muerte, como el suicidio (debido a los problemas financieros) o que fue asesinado por alguna agencia de inteligencia. La propia Marjorie sostendría durante toda su vida que Parsons había sido objeto de una conspiración.

Aunque un crater de la Luna lleva el nombre de Parsons, la NASA
nunca ha querido dar el debido crédito a uno de sus pioneros y sólo recientemente está empezando a ser revalorada toda su aportación a la ingeniería espacial. Por otra parte, la historia de Jack se ha convertido de cierta manera en un mito gracias a obras como la de Kenneth Grant. Según una moderna leyenda, con los Trabajos de Babalon, Jack Parsons y L. Ron Hubbard habrían creado, de forma involuntaria, un portal dimensional por el que llegan a la tierra visitantes de otros mundos: los ovnis. Marjorie Cameron tuvo uno de los primeros avistamientos registrados en la moderna ufología.
Como nota final, un director de cine de la importancia de Ridley Scott, junto a David Zuckery, llegó a producir una serie sobre la vida de Jack Parsons (Strange Angel-CBS) que fue cancelada antes de finalizar la segunda temporada.
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