Entrevista a Daniel Aragonés (Dr. Irreverente)

En este momento estás viendo Entrevista a Daniel Aragonés (Dr. Irreverente)

Daniel Aragonés y Francisco Santos Muñoz, dos de los escritores más caóticos, mordaces y buscados de la literatura underground, se han citado para mantener un cruce de palabras. Entre otras cosas, la charla gira entorno a Wormhole, el último libro perpetrado hasta la fecha por Daniel Aragonés (alias Dr. Irreverente).

Charlando con el Dr.Irreverente

Un tugurio infernal en medio de ninguna parte, un par de motos aparcadas afuera, una vieja Doge Caravan sin tapacubos, y los restos de un contenedor quemado en el aparcamiento. Dentro, entre miasmas letales que no se sabe muy bien de qué dimensiones abyectas proceden, dos hombres se encuentran y charlan un rato:

FRANKY: Siéntate, por favor; y siéntete como en casa. Nadie nos escucha, así que voy a preguntarte todo tipo de cosas disparatadas y terroríficas… coge una cerveza, enciéndete uno de estos cigarrillos, ponte esta pastilla debajo de la lengua (me las pasa un médico que conozco). Y escucha mi horrísona voz. Déjate llevar. ¿Has salido de Wormhole? ¿Saldremos alguna vez?

DANIEL: En primer lugar, decir que debido a nuestra amistad la entrevista va a adquirir una profundidad especial y esencial. Permíteme que ponga una vieja bobina de cable medio podrida, a modo de mesa, y dos latas oxidadas, antaño cubos de pintura, como si fuesen sillas, o taburetes.

FRANKY: Por no hablar de la factura que va a pagar Espiademonios solo en birras en este tugurio infernal. ¿Saliste de Wormhole?

DANIEL: No he salido de Wormhole, porque soy Wormhole, y eso no me pasa con otras novelas. Tengo el don de estar dentro y fuera de mi propia historia vital. Estoy muerto y vivo. No puedo salir porque pasaría a convertirme en algo que no existe ni existió.

Creo que personas como nosotros no podemos salir de nosotros mismos, y el resto nunca entrará, porque no son nadie. Por lo tanto, son pocos los elegidos, para bien o para mal. Wormhole solo deja pasar a personas especiales.

En cuanto a la factura de cerveza, el que paga no sabe dónde se mete. Wormhole es la espuma inmortal de nuestras borracheras infinitas. Nuestro barquero acudirá flotando en un vaso de plástico de proporciones ciclópeas, apestando a birra y whisky, insultando, odiando nuestra mera presencia.

Entradas relacionadas que podrían interesarte

FRANKY: Eres consciente de que el eufemismo “persona especial” se usa mucho para referirse a personas dañadas, locas, enfermas, jejeje, pero eso nos resbala.

Lo primero que yo le diría a alguien a quien quisiera recomendar Wormhole es que el autor ha escrito lo que le ha dado la gana, sin pensar en absoluto en un posible lector que no fuese otro que él mismo. Esto casi es un lugar común, vemos que autores de toda laya se vanaglorian de escribir lo que quieren, y lo que les apetece, y lo que les gustaría leer… pero también vemos que esto es, si no exagerado, una mentira flagrante. En tu caso y con Wormhole es cierto: has escrito lo que te ha salido de los cojones, del corazón. Sé que esto no es una pregunta, pero: responde.

DANIEL: Llegados a este punto de mi vida como escritor, dedicada a aprender, leer, hacer y deshacer, y dado que la fama, la gloria y el honor me comen bastante los cojones, he querido meter a golpe de machetazo una historia metaliteraria que va más allá. He sido tres escritores con insomnio en uno: el que vuelve de currar, hasta las pelotas de vivir como un impostor; el padre, amante y marido que no tiene miedo a nada; y el Dr. Irreverente, una especie de puto amo que llevo dentro. No he tenido en cuenta nada, me he saltado todas las normas. La historia es así, y punto.

Persona especial con deficiencia para acatar las normas establecidas y editar una obra repleta de clichés, mediocre. No soy uno de esos autores que se vanaglorian entregando algo que es una mierda. Mis historias tienen una cualidad: la forma, la experimentación, la velocidad de lectura, un lenguaje sencillo, al alcance de cualquiera, dentro de una amalgama de complicaciones que se pasan el tiempo y el espacio por el forro.

Porque hay que reconocer una cosa: el mundo está sobrado de imitadores de Stephen King. Él ya existe, encontró su lugar, su estilo y su gloria.

No busco lectores, quiero que ellos busquen mis novelas. Yo no paro, mi vida siempre sigue. De una Historia paso a otra, vivo al día de un modo radical. Como diría Rey, el protagonista de El Rey de la Habana, no vivo día a día, vivo minuto a minuto.

FRANKY: No buscas lectores, dices, quieres que ellos busquen tus novelas. Me pasó a mí con la primera que leí tuya: Decadencia. Para mí fue un impacto tremendo encontrar ese libro, escrito por una persona accesible, un hombre que bien podría ser yo, y ya sabes que esto tuvo mucho que ver con mi decisión de publicar mis novelas; y un libro que, quitando, digamos, lo accesorio, también podría haber escrito yo. Desde entonces, como bien sabes, me empeciné en leer toda tu obra. 

Es decir: no solo fui el lector que buscó tus novelas, si no que de hecho te busqué a ti: quitando el chiste fácil de las pajillas a lo Torrente: es poco común, amigo, nuestra historia. 

¿Has encontrado a alguien más en el camino que buscase tus libros como cosa sustantiva? Te lo pregunto porque a mí sigue sorprendiéndome que haya gente que lee todo lo que publico, y ya llevo 15 o 16 libros.

DANIEL: Para responder a esta pregunta primero diré que tú eres una persona con cierto magnetismo, y yo soy más enigmático, incluso doy algo de miedo. Tienes más carisma que yo. Lo cual me traslada a un punto más alejado de la gente. No obstante, tengo por ahí varios fieles, poco mediáticos… Jajajajajaja

De hecho, estoy casado con una de mis fieles, que lo sigue siendo después de conocerme.

En cierto modo sé que mi obra es distinta, sobrevuela términos y abusa de ciertos conceptos. Me suelo saltar la cuarta pared con bastante asiduidad, sin prejuicios. Surrealismo que suele atrapar a 3 de cada 10 lectores, que se quedan y siguen leyendo mi mierda.

Nuestra historia como autores, como personas, como amigos, es poco común porque yo soy una persona bastante lejana. No tiendo a arrimarme a la masa social de un modo amigable. Soy como ese oso que acude a la ciudad de noche y roba comida. Inconsciente del miedo que puede llegar a dar, y en cierto modo asustado.

Tu aparición fue una sorpresa que me causó incredulidad. Y luego, al leerte, la sorpresa se convirtió en SORPRESA y admiración, y todo tomó forma. Ahora aprendo de ti, y te uso como un canal para comunicarme con el mundo. No es mentira esto. Debo nombrar a Juan Cabezuelo, por supuesto, otro de esos fieles, amigos, y ente invisible que siempre me acompaña. Su poesía forma parte de mis entrañas.

Estamos creando libros de culto, Franky, y si no al tiempo… Jajajajajaja

Somos el futuro, lo escribimos día a día. Formas parte de mí. Me completas. No sé cómo lo has hecho, pero te has colado en mi mundo. Estás en mi infierno congelado. Y yo creo estar en tu rincón oscuro, escuchando tu voz, asintiendo con la cabeza.

Por otro lado, debo hablar del equipo que forma Dentro del Monolito, un apoyo que, a día de hoy, es fundamental. Ahora formo parte de una Hidra que me deja ser independiente y a la vez muerde doce veces más que yo.

FRANKY: Ahora dejando Wormhole a un lado, hay una parte de tu obra que parece un poco relegada a segundo plano, y digo relegada por ti, que ni siquiera hablas mucho de ella, pero que yo creo excepcional: tu poesía.

Allí (si yo no te conociese y hablase a diario contigo) pudiera encontrar las claves para conocer al Daniel Aragonés más cotidiano, incluso más real: tu querencia por “alejarte de la masa social”, tu sentimiento de cercanía con presos, tirados, borrachos, como representantes de aquello que no es esa “masa social”, tu amor incondicional, casi ñoño, por tu familia y tus pocos amigos (ellos también fuera de la susodicha “masa social”), o tu desprecio hacia las figuras autoritarias y abusivas que suelen moverse en el papel de “jefe”.

Habla un poco de tu poesía, joder.

DANIEL: Mi poesía es el infierno tirando de mi alma. Es por ella que llegué a las letras, y ella es la culpable de que no haya muerto, enfermado mentalmente o matado a nadie. Cada poema es un intento de suicidio, un crimen, un pensamiento impuro, una puñalada trapera, un desacuerdo, una crítica.

Siempre sentí el influjo de cierta poesía, y al mismo tiempo odié otra con todas mis fuerzas. Me gusta romper el ritmo y mearme en el ramo de flores del enamorado. Siempre amo (de amar), no te vayas a pensar lo contrario, pero a mi modo.

La poesía muestra todo lo que abandona mi mente, el lastre que alimenta mis ansiedades, mi depresión, mi desgana, mi odio. Y como todo buen poeta que se precie, la poesía es la llave que abre la puerta de la prosa. Se podría decir que la poesía es mi indignación. Una válvula de escape primordial, necesaria, única.

Mi hermano, tú, Juan Cabezuelo, Lorena Escobar, José Luis Pascual, cuando leo vuestros poemas me acerco más a vosotros, porque no se puede estar muerto cuando navegas por la lírica. Un mar puede ser un vómito, y la heroína un océano de algodón en el que retozar y flotar como bicho enamoradizo y juguetón. La realidad no importa cuando el poeta emerge y destroza tu capa exterior.

FRANKY: ¿Seguirás escribiendo cuando seas multimillonario, o mejor: seguirás publicando?

DANIEL: La respuesta es que soy un puto loco, demasiado cuerdo quizás, que pasa de quemar sus sueños y convertir su vida en algo normal y corriente. Es más, esta pregunta me obliga a escribir desde ahora una nueva novela. Nunca diré nunca, pero veo improbable dejar de escribir —es mi terapia—. De hecho, cuando sea multimillonario tendré más tiempo de calidad, en mi porche con vistas al pantano.

Y claro, ahí estaréis vosotros, con vuestras casas alrededor, cada uno con su pequeño embarcadero. Entonces cogeremos nuestras neveras, las llenaremos de hielo y birra, lo cargaremos todo en nuestras pútridas barcazas, y nos veremos en mitad del pantano, decorado con esa mancha negra firmada por el mismo Stephen King, y hablaremos de cómo cojones vamos a publicar nuestras nuevas obras. Estará Juan Cabezuelo, Tú, mi hermano, Oscar Ryan, y todo el jodido equipo del Monolito, que llenaría esta entrevista de nombres.

FRANKY: Seremos vecinos, pues, de Phil Anselmo. ¿Te has fijado que, en gran medida, nos gusta la misma música? Somos como hermanos, casi. Creo que era el final de Basura no compartida, que sonaba algo de Down, y recuerdo que me dije: este cabrón escucha la misma mierda gloriosa que yo. La música es el noventa por ciento de mi estabilidad mental, de mi felicidad, de mi yo, ¿es tu caso?

DANIEL: La música es el canal que me desconecta de la monotonía mecánica del mundo. Escuchando música siempre imagino cosas, me aíslo, sonrío, fantaseo con eyectar fuego por la polla y quemar un andén de tren con todo el mundo mirando la jodida pantalla del móvil. Lo grotesco me posee y arrastra a un lugar en el que no tengo nada que ocultar. Sin duda, me pasa igual que a ti.

FRANKY: Bueno, ya hemos charlado un rato, si los que lean la entrevista no se pillan el libro es que son gilipollas. Despídete tú mismo.

DANIEL: Mando un saludo muy especial a todos los que apoyan a escritores como nosotros, aunque sean escritores como nosotros. Vivimos en una espiral que no deja de acelerar y conducirnos directamente al más allá. Todo aquel que no le echa pelotas y prueba otras cosas, acaba tirado en el sofá de su casa viendo telebasura y vacío por dentro.

Una casa sin libros es un cerebro diáfano con olor a humedad y comido por las esporas de la mediocridad. No me quieres leer, no pasa nada, pero lee otras cosas, experimenta, abandona tu zona de confort y no te creas toda la mierda que te cuentan.

Más sobre Wormhole

«La oscuridad de una noche sin luna me acompaña en el ca­mino. A mi izquierda, un polígono industrial en proyecto, y a los lados, cada veinticinco metros, las farolas iluminan el asfal­to y parte del campo. Encima de las luminarias, en cada una de ellas, una cigüeña. Hace años que decidieron urbanizar este lu­gar, pero se quedaron a medias y ahora no es nada. Voy directo al agujero del gran gusano con la idea de adentrarme en su ga­lería principal y hacer el camino completo. Penetrar en el es­trambótico mundo de las ensoñaciones, atravesar lugares ine­xistentes y acabar en el punto de partida. Y todo comienza en el Penal III de Madrid, ubicado en Valdemoro. Un nuevo naci­miento vital para mí».

Debido a un golpe del destino, Ezequiel se ve empujado a aceptar un trabajo en una cárcel. Pero nada es por casualidad, la búsqueda de Wormhole le atormenta, le llama, le obliga a escarbar en su propia psique y dejar que las decisiones se tomen solas. Aunque su mujer y su recién nacido son lo primero, un superyó crece poco a poco en su cerebro hasta convertirse en el propio narrador de la historia, para así enseñarnos cuál es su verdad: un poder que le permite ver cosas y acciones alejadas de su radio de acción. De esta extraña forma, ciertas historias, en un principio ajenas al hilo argumental, se entremezclan hasta unirse en una sola. Al unísono, las galerías de Wormhole desvelan un misterio que va más allá de una realidad asolada por el COVID-19.

EDITORIAL GRADIENTE

Wormhole, de Daniel Aragonés

A Daniel Aragonés no le tiembla el pulso a la hora de abordar las anomalías de nuestro tiempo. Al contrario, encajan a la perfección en su escritura directa e impactante, indistinguibles de su universo extraño y furibundo. Con Wormhole nos trae una novela incómoda. Weird en estado elemental. Surrealismo. Terror. Ficción extraña, pura y dura.


¿Te ha gustado esta entrada? Déjanos tu valoración y tu comentario.

Queremos ofrecerte el mejor contenido. Ayúdanos a seguir creando y a mejorar colaborando con nosotros en Ko-fi y obtén recompensas muy especiales.

Síguenos en redes sociales a través de Twitter e Instagram.

Francisco Santos Muñoz Rico
REDACTOR | Website | + posts

Esta entrada tiene 4 comentarios

  1. Daniel Aragonés

    Un honor sin límite compartir ratos con Franky. Gracias al equipo de Espía Demonios por apostar por la diferencia.

    (5/5)
  2. Vicente

    Mucho hablar pero me temo que os habéis largado sin pagar las cervezas.
    Hay un tipo gordo empuñando una pipa que no para de dar vueltas por el aparcamiento. Os busca. Pobre

    (5/5)
    1. Anónimo

      Jajajajaja... Esta ronda la paga Obús.

      (5/5)
  3. Patricia Valkyria

    Un placer leer a un par de Genios conversando como los grandes amigos que son...😇🙌 ¿Que escribe poesia el Dr. Irreverente?... ¡No lo sabía!!! ... A ver si pillo alguna por ahí... 👏👏👏

    (5/5)

Deja una respuesta

Vota