Aquel Trueno, de Ana Gomila Domènech

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¡Por fin publica Ana Gomila Domènech Aquel Trueno, el quinto volumen de Caravaggio! Remito al lector curioso, ignaro o riguroso a mi anterior artículo sobre los cuatro primeros libros:

Más Caravaggio

Con esta notita no pretendo sino avisar al lector despistado de la llegada del quinto libro: Aquel Trueno. Lleva el subtítulo perspicaz siguiente: Novela de amor, humor y muerte.

En primer lugar, el lector avisado (no el despistado a que hacía alusión hace un momento) relacionará el título inmediatamente con los versos de Machado: ¡Aquel trueno! –Vestido de nazareno. De las coplas por la muerte de Don Guido. Y esto no es baladí, claro.
Confieso que tuve la suerte y honor de leer la novela antes de que fuese publicada, y en verdad os digo que por momentos uno no sabe si el título está haciendo referencia a aquel trueno, Caravaggio, vestido ahora de nazareno, o a ese otro trueno, tormenta más bien, que es Croydon, el comparsa ya inseparable del ex comisario, vestido ahora, quién lo iba a decir, también de nazareno.

Todo lo que escribe Ana está lleno de referencias a otras obras y autores, no por homenaje ni pedantería, que también, sino porque esos son los mundos mentales de la autora, y no puede escapar de ellos: es adepta a la cultura; yo la entiendo porque me pasa igual, en cada párrafo escrito se oculta, a las claras o como fantasma, una referencia o pensamiento, siempre, a algún autor, a alguna obra: el pastiche es la única posibilidad que tenemos de crear, ¡pero crear un producto original! Por supuesto.
Siguiendo con Machado:

Nuestro español bosteza
¿Es hambre? ¿Sueño? ¿Hastío?
Doctor, ¿tendrá el estómago vacío?
El vacío es más bien en la cabeza.

Pero ni Ana ni yo sufrimos de aquesta enfermedad del vacío en la cabeza, au cotraire, somos poco españoles en eso: tenemos la testa bullente de ideas, un maremágnum desbordante que debemos desaguar, o si no: reventamos.
Pues esta es una de las virtudes de las letras de esta autora, su, digamos, cualidad inacabable de interpretaciones, es un plato el que nos prepara, siempre, digno de ser degustado en segundas, y terceras, lecturas.
Pero no para aquí la cosa, no; la novela se deja leer como la más ligera de las novelas de misterio o policíacas de Agatha Christie, está concebida para todos los públicos, que lo que llevo dicho no sirva de óbice para pensar lo contrario.

Entrevista a Ana Gomila Domènech

De cualquier manera, se me ocurre que: ¿quién mejor para cerrar esta nota que la propia autora? Vía wasap le voy a preguntar ahora mismo un par de cosillas y os las traslado:

Franky: ¡Ana! Enhorabuena por la publicación del libro, espero que con este por fin te hagas millonaria.

Ana: Muchas gracias por tus parabienes. Millonaria no me haré, pero menudo muerto me he quitado de encima publicándolo por fin.

Franky: Oye, voy a hacerte un par de preguntas sobre Aquel trueno para promocionarte desde mi humilde tribuna espiademoníaca: ¿Qué de nuevo podemos encontrar en esta aventura de Caravaggio?

Ana: Un nuevo escenario (Estambul), nuevos personajes y aventuras, tres tramas en paralelo, mucha ambición y un estilo literario –a contracorriente- que va evolucionando y enriqueciéndose… casi tanto como la relación amorosa de Croydon y Caravaggio.

Franky: ¿Pretenden los personajes volver a manifestarse bajo tu voluntad, o son personajes de esos que hacen lo que quieren?

Ana: Mis personajes hacen de mí lo que les da la gana y yo me limito a registrar sus diálogos, sus reacciones y las excéntricas barbaridades que se les ocurren lo mejor que sé.

Franky: Jejeje, estos personajes… desde Unamuno a Rosa Sanmartín: manejan a los autores como títeres. ¿Crees que Agatha Christie se divertiría leyendo la novela?

Ana: Dame Agatha se moriría de gusto leyendo mi novela por más de un motivo, pero no hay ninguno que pueda desvelarse a priori, ¿no te parece?

Franky: Cierto, le quitaría el gusto a los futuros catadores de tu obra. En fin, creo que hasta aquí tendrán bastante los que nos lean, hasta luego, Ana.

Cierro el wasap y cierro esta nota con un último apunte machadiano que recuerda a una de las últimas escenas del libro, quien lo lea lo verá:

Los niños juegan.
El agua de la fuente
resbala, corre y sueña
lamiendo, casi muda,
la verdinosa piedra.


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Francisco Santos Muñoz Rico
REDACTOR | Website | + posts

Esta entrada tiene un comentario

  1. Siham

    Enhorabuena 👏 Ana por libro 📖 👏

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